domingo, 20 de marzo de 2011

De trenes que esperan la pasajera sin boleto.


Ayer soñe con el pianista. Pero no recitaba sonetos, ya no se los pedia.
Sus manos besaban el piano, y cuando yo hablaba, lo herían.
Que poco sabe el Pianista decir.
Me mira. Me enseño a hablar mirando. Me enseño a herir sin mirar.
El Pianista, se levanta. Camina.
Me invita a sentarme en su butaca. Acepto. Apoyo mis manos, el me guía.
Ahora decide recitar.

"Pero tu eterno verano no se marchitará ni perderá posesión de esa belleza que tienes, ni alardeará Muerte de que andas a su sombra, ni tu deseo, que es tu pecado, cuando en eternas líneas para siempre me nombres: mientras los hombres respiren o los ojos vean, mientras, vive esto, y esto te da vida a ti."

Sueñame, despideme, que será mas fácil que olvidarme. No olvides eternamente, que siempre hay un recoveco donde me guardas, donde me inspiras, donde te revivo cada noche que la muerte de tu música, me desespera.

Tu bien sabes que conquistar mis ideas, es como perseguir una dama vendida corriendo por los tejados, huyendo de las cadenas del novio que la esposa.
Tu bien sabes que, te he levantado mil banderas, encendido muchas luces, tirado muchas bengalas y tu seguías ahí, con tu callado amor, dejándote herir.

2 comentarios:

AGOS dijo...

Tenés la bendita cualidad de hacer que se me ponga la piel de gallina al leerte!..sos una genia!=) ME ENCANTO!

Carolinna Cabezas dijo...

es la entrada qe me gusta mas !