"...Mostrarte como se ve el atardecer desde el balcón, abrazarte por atrás y cantarte una nana al oído...¿Te quedaras para siempre?..."
Nada traes nada llevas.
Ahora lo imagino viendo el atardecer en mi balcón. Demasiado dulce.
Complicado el hecho.
Leo a William. Él, me apoya y me consuelo leyendo los sonetos.
Sé que algún día me los dedicará, aunque sé que nunca le dije que me gustaban.