Sentada en mis tobillos, sintiendo el movimiento de un tren en mi cuerpo, mire por la ventana.
Me sorprendió. De repente estaba ahi y me enamore.
Crecia fuerte y radiante en el horizonte.
Ni siquiera los aceros de mil solados hubieran acabado con su esplendor, ni siquiera un dragon bañado en oro o un león gigante esperando a devorar.
Me miró, fosforescente e inmóvil, dulce. Quizá hasta tierno.
Nacio, porque es estrella de una sola mujer, mi gris tierra.
y sin arrepentirse moriría en un atardecer, ansioso por volver a iluminar mi vida, mis ojos enamorados que le miran desde la ventana, sentada en mis tobillos, sientiendo el movimiento del vagón de aquel tren que me aleja de el, utópico.
1 comentario:
La sueños suelen ser utópicos.
un abrazo, saludos desde la vie en rose?
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